6 de diciembre de 2013

Tres meses en China

Hoy es un día especial, el 7 de diciembre comienza oficialmente la navidad en mi país, y precisamente hoy cumplo mis primeros tres meses de haber llegado a esta tierra oriental, por tercera vez en mi vida.
Esta vez, a diferencia de mis experiencias pasadas, la estadía sería más larga. Aquellos dos viajes anteriores, de 2004 y 2009, siguen presentes en mi memoria, sin embargo, desde aquella primera vez a hoy, muchas cosas han cambiado. Beijing es una ciudad diferente, y durante estos tres meses he tenido tiempo de experimentar y comprender algunos aspectos de China que no pude ver en mis estancias pasadas, y aún falta mucho más por aprender y conocer.
El estudio no ha sido fácil. Estudiar chino es realmente difícil y muy exigente. Muchos extranjeros lo saben bien. El chino no es un idioma que se aprenda en las calles, necesita academia y tiempo. Entre más dificil, más interesante resulta, y en verdad me gusta. La escritura es dificil, sin embargo los caracteres chinos son tan armoniosos, tan llenos de historia, tan vivos, cada uno de ellos, dependiendo de su signficado tiene una forma particular, lo que diferencia a este idioma de otras tantas lenguas en el mundo.
En tres meses, mi aprendizaje del idioma ha sido rapido, ahora reconozco muchos caracteres, la gramática no es tan dificil, pero hablar en chino si que es complicado, especialmente por el dominio de los tonos. Creo que debo esforzarme mucho más, pero siento que voy por buen camino.
Todos los días mis clases inician a las 8:30 de la mañana y terminan a las 12:30, son cuatro horas diarias, de lunes a viernes. Diariamente estudiamos una lección diferente de los libros Camino Al Éxito (Road To Success) material creado por la misma universidad, que hacen de esta institución, una de las más prestigiosas de China, en cuanto a enseñanza del chino se refiere.
La experiencia de vivir en la Universidad y aprender este idioma en china, lo que siempre había querido, es algo realmente valioso. La Universidad de Lengua y Cultura de Beijing es una pequeña aldea global. Por doquier, en su extenso campus, es posible encontrar durante todo el día personas de tantas nacionalidades diferentes, escuchar tantas lenguas, y sobre todo, poder compartir o cruzar palabras con personas de lugares tan inimaginados, que hacen que esta experiencia sea realmente invaluable. Por ejemplo, en mi clase tengo compañeros de Rusia, Kazajastán, Angola, Indonesia, Turquía, Portugal, Francia, Inglaterra, Chile...
Por su puesto, todo tiene un precio, el mío es la distancia, la separación de mi familia que tanto extraño, y la adaptación a tantas cosas que difieren entre China y Colombia, como son la comida, el clima y el estilo de vida.
La comida ha sido un proceso  lento de adaptación. La gastronomía china es sabrosa y es muy variada, sin embargo el no conocimiento del idioma, priva esa posibilidad de comer variado y diferente y restringe esa opción a unos cuantos platos que finalmente terminan por cansar al paladar. El picante es uno de los ingredientes comunes, presentes en casi toda la culinaria de diferentes lugares de China, y puesto que en Colombia no estamos acostumbrados a comer de esta manera, mi estomago no logra adaptarse y siempre debo revisar muy bien, antes de pedir un plato, que este no contenga picante.
El clima, indiscutiblemente es otro de los factores de difícil adaptación en Beijing. Cuando llegué en septiembre, aún era verano, las temperaturas sobrepasaban los 30 grados y ahora el invierno ha llegado. Hace más de dos meses no llueve, y este invierno seco afecta mucho la salud y también el estado de ánimo. A esto debemos sumarle la contaminación creciente que se vive en la mayor parte de las regiones urbanas de China. El indicador de partículas contaminantes, que es posible ver en tiempo real desde Internet, a través del sitio web: http://bjair.info/ que funciona gracias a la medición constante de la Embajada de Estados Unidos en Beijing, para los extranjeros, una cifra que permite conocer el nivel de polución inmediato en la ciudad. El más alto y peligroso para la salud es el que sobrepasa los 300 micro gramos por metro cúbico. Precisamente hoy, 7 de diciembre, ha sido uno de los días más contaminados, con una medición de más de 480, una contaminación extrema que fue notoria en la tarde y en la noche, y que obliga además a usar el tapabocas, como único medio de prevención frente a sus potenciales riesgos contra la salud. Hasta 2009 que vine a China, la contaminación no era tan extrema, pero cada día es peor y aunque el gobierno chino ha prometido acciones para contrarrestar este fenómeno, es un proceso lento que requerirá de meses y años, y mientras eso sucede, la gente se enferma. Nada menos, un informe científico presentado a la prensa hace unas semanas citaba que, para el 2025, el número de personas con cáncer de pulmón en China, podría aumentar en millones, y esto debido a la actual contaminación del aire, una situación que me preocupa mucho, y que inesperadamente ha cambiado un poco mi visión y deseo de permanecer más tiempo en Beijing.
Pero, volviendo al clima, el invierno de este año no ha sido tan frío, hasta ahora ha sido soportable para mí, aunque sigo esperando la nieve, que es una de las experiencia que quiero vivir en China. A comienzos de noviembre sentíamos mucho frío, incluso al interior de los dormitorios, sin embargo tempranamente, el 6 de noviembre es sistema de calefacción central fue encendido, y poco a poco la temperatura interna en la habitación se hizo más confortable. Ahora mismo, pese al frío exterior, dentro de mi habitación se siente cálido y a veces paso por desapercibido que estoy en invierno, solo hasta que salgo a la calle y me enfrento con la realidad del clima, por supuesto muy bien abrigado para evitar resfriados. El 7 de noviembre, según el calendario tradicional chino, fue oficialmente el primer día del invierno. Ya vivimos algunos días muy fríos de temperatura máxima de 1 o 0 grados centígrados y mínima de -5, pero es solo el comienzo, ya que en las próximas semanas la temperatura seguirá bajando. Aunque el invierno en Beijing es seco, no tenemos lluvia, en ocasiones el viento es fuerte y el frío se siente más, pero cuando esto sucede, es buena señal, ya que el viento dispersa las partículas contaminantes y limpia el aire.

2 de octubre de 2013

La Fiesta Nacional de China

Así como en cada uno de nuestros países latinoamericanos celebramos con orgullo y vigoroso sentimiento patrio nuestro sagrado día de independencia, China tiene igualmente su fiesta nacional. El primero de octubre, no es simplemente la conmemoración de una fecha importante, marca en el calendario de cada año, el inicio de unas anheladas vacaciones para millones de personas en toda China. Pero, por supuesto, dichas vacaciones no serían posibles si la ocasión no fuera tan especial. De cierto modo podría decirse que es el día de independencia de China, puesto que la proclamación de la República Popular, fue precisamente el nacimiento de una nueva nación, de un nuevo capítulo que comenzaba, después de tantos años de guerra, sufrimiento, hambre, invasiones extranjeras y derramamiento de sangre del pueblo chino.



El comunismo llegó a este país, y en la cabeza de Mao Zedong, renació una patria de las cenizas. Hoy, a 64 años de distancia, esa China empobrecida, destruida por las guerras y todavía agrícola, dependiente del campo, es en la actualidad una nación poderosa, la segunda economía mundial, y posiblemente la de más rápido desarrollo en próximos años.
Es por esto que, para los chinos, y con toda razón, es un orgullo portar la bandera y celebrar en grande este día victorioso y... qué mejor lugar para ello que aquél escenario donde la Nueva China nació como es: la Plaza de Tiananmen.
Desde que estaba en Colombia, siempre seguía con atención, desde la distancia, las celebraciones del día nacional de China. Muchas veces fui testigo de las paradas militares o los izamientos de bandera en directo a través de la televisión y me imaginaba ¡ Cuán especial podría ser esta fecha para los chinos !, que tenían la oportunidad de acercarse y vivir ese momento en persona allí en la Plaza. Es por eso que, siempre tuve el deseo de visitar Tiananmen un primero de octubre. 



Pues ese sueño se ha cumplido. He llegado recientemente a China y desde mis primeros días en Beijing, ya tenía programado visitar y vivir ese ambiente de fiesta en este día nacional que, este año no ha sido menos importante.
Este primero de octubre, día de fiesta nacional, amaneció pasado por agua, la lluvia empezó a caer desde tempranas horas del día y en la mañana, el presidente Xi, el primer ministro Li y los altos dirigentes del gobierno, del Partido y de la cúpula militar, estuvieron presentes, aunque cada uno de ellos portando su propio paraguas para protegerse de la incesante lluvia, durante la ceremonia especial de izamiento de la bandera. Acompañando a los líderes de la segunda nación más poderosa del planeta estaban los niños, quienes cubiertos con impermeables plásticos, desafiaron la lluvia y entonaron en coro algunas canciones patrióticas y muy simbólicas, por su puesto el himno nacional, y otras reconocidas melodías rojas de amor y respeto dedicadas a su país y al comunismo.

Terminada la ceremonia, asombrosamente el clima cambió y un sol radiante brilló sobre la capital china. El cielo se despejó y el color dorado del sol irradiaba sobre un hermoso azul celeste que, hacía varios días atrás, no se veía en Beijing. Entonces emprendí mi viaje hacia Tiananmen, acompañado de otros amigos colombianos. Como podía más mi deseo de visitar este simbólico lugar, no pasó por mi mente la enorme cantidad de personas que encontraríamos allí, y que por obvias, siendo un día de fiesta y de comienzo de vacaciones asistirían al lugar.
La dificultad para acceder a la Plaza empezó desde el metro, al llegar a una de las estaciones cercanas, pacientemente tuvimos que esperar, siguiendo la gran multitud que salía, y que avanzaban lentamente hacia la Plaza. Las autoridades policíacas no daban abasto ante tal muchedumbre, que imagino incluía locales y chinos de todas partes del país, sin contar el número de extranjeros curiosos que, como yo, estábamos allí contagiados de esa fiebre roja de fiesta en China. 
Finalmente llegamos a la plaza y nos sumergimos entre el mar de gente, en medio de ese color rojo que dominaba por doquier. Personas de diferentes rincones del país, niños, jóvenes, mujeres y ancianos, portando la bandera, con la cara pintada de rojo, o bien con alguna gorra o sticker sobre su rostro con los colores de la bandera china. El patriotismo y el gran amor por esta nación era palpable a la vista. Los más pequeños, entre sus juegos, observaban curiosos a la multitud. Ante la mirada eterna de Mao, desde el balcón de Tiananmen, miles de personas en la tarde del primero de octubre, caminábamos y disfrutábamos ese momento especial alrededor de la gran plaza, y por un momento llegué a sentir ese orgullo y alegría que todos los chinos transmitían en su día nacional.



Otro elemento que atraía la mirada y la llegada de más visitantes, turistas y curiosos al histórico lugar, era la reciente puesta del florero más grande del mundo, que fue ubicado en el centro de la plaza, con una belleza y una majestuosidad que obligaba a todo aquel que pasaba por allí, a tomarse una foto, e inmortalizar ese momento. Por supuesto, no fui la excepción. 
Otro retrato momumental, del Dr. Sun Yatsen, revolucionario y primer presidente de China, fue exhibido sobre la plaza, al lado izquierdo del gran Monumento a los Héroes del Pueblo, en el que horas antes, fueron colocadas por el presidente Xi, algunas flores rojas que conmemoraban aquellos mártires que dieron su vida por esta nación.

En efecto, los vendedores también aprovecharon el día, los fotógrafos obsequiaban una foto instantánea a quien quisiera llevarse el recuerdo de Tiananmen en el día nacional, por 10 yuanes. Otro vendedor, persigue a una turista extranjera ofreciendo sus banderas y gorras con el nombre de China y el color rojo, con precios de entre 20 y 30 yuanes, y lo que no podría falta, en un lugar de gran concurrencia de público era un vehículo vendiendo comidas rápidas en la parte sur de la plaza. 




Luego de tomar valiosas fotos para el recuerdo, de mezclarnos entre los chinos, de ver tanta belleza, la diversidad entre la muchedumbre, y sobre todo, el rostro alegre del pueblo chino que celebraba junto un aniversario más de la fundación de su país, nos despedimos de Tiananmen en un atardecer precioso en el que el sol seguía brillando  y el color del cielo parecía cambiar de azul a rojo, como si también se sumara a esta fiesta nacional china, que por primera vez tuve el gusto de celebrar.

Felicitaciones a todo el pueblo chino y a la República Popular China, por este 64° Aniversario de su fundación.




28 de septiembre de 2013

Catolicismo en Beijing

Enorme fue la sorpresa que me llevé cuando mis amigas colombianas Diana y su hijita Victoria, me invitaron a asistir a una ceremonia litúrgica católica y en español en este lejano país. Pues, cumpliendo con la invitación acudí hasta el lugar, la Iglesia Católica de Nantang o Catedral de la Inmaculada Concepción, ubicada en todo el frente de la estación de Xuanwumen, el domingo 15 de septiembre, día de mi cumpleaños. Logré llegar solo hasta allá, luego de empezar a familiarizarme con el metro y haciendo transferencia de línea desde mi estación más cercana a la universidad Wudaokou (línea 13) hasta Xizhimen (estación de transferencia para la línea 2) y luego desde la línea 2, hasta la estación de Xuanwumen.

Al llegar al lugar, me encuentre con un lugar impensable en mi mente, se trataba realmente de una iglesia católica con estilo barroco muy europeo y antiguo, y era obvio, puesto que esta iglesia, según me enteré después, tiene una historia de más de 400 años, y fue construida por un jesuita italiano como residencia, inicialmente con la autorización del Emperador Wanli, en ese entonces. Hoy es una de las iglesias más reconocidas de Beijing, y es además la sede del Arzobispado de Beijing, con uno de los pocos arzobispos reconocidos actualmente por el Vaticano y la Iglesia Católica Patriótica de China, un tema algo interesante pero un tanto complejo que tiene mucho que ver con políticas del gobierno chino. Al interior de la iglesia se percibe un ambiente cálido y acogedor, quizás por su parecido a grandes catedrales latinoamericanas y especialmente colombianas.
Un sacerdote italiano de nombre Carlo, que para mi asombro, vino desde Colombia, país donde residió por varios años y donde aprendió el español, es el responsable de ofrecer una misa semanal, los domingos a las 12:30 del día, en italiano y español, para la comunidad italo-hispano hablante que reside en la capital china.
Además de este encuentro con Dios, en un país donde el cristianismo es minoría, tuve la valiosa oportunidad de encontrarme con un gran número de latinos, entre ellos varios colombianos que residen en esta enorme ciudad.

La iglesia, como todo en China, también ha evolucionado, y ahora la tecnología también es utilizada allí. Varias pantallas LED de unas 42 pulgadas cada una, reproducen los cantos, las lecturas y me imagino que alguna información parroquial de interés, mientras se llevan a cabo las ceremonias. Otras dos pantallas, ubicadas a los lados derecho e izquierdo, respectivamente, reproducen la imagen simultánea y en vivo de una cámara de video ubicada justo frente al púlpito (la parte alta donde se celebra la ceremonia), para que los fieles que no están cerca, puedan observar lo que sucede sobre el altar.
Ese día que fui, fue también especial, estaban bautizando un bebé, hijo de dos colombianos, que imagino, nació aquí en Beijing.
Todos los días se ofrecen misas en chino, por sacerdotes chinos para los fieles católicos beijineses, que según las cifras suman unos 60 mil en la capital china.








Días de clase.

Las clases en la universidad comenzaron el 10 de septiembre, un día especial en China porque, precisamente, se celebra esa fecha en homenaje a Confucio, el día del maestro. 
Mis clases iniciaron a las 10:40 de la mañana, clase de Chino elemental (lectura y escritura) con la profesora Liu Yiyun. Nos entregaron el primer libro Road To Success (Camino al Éxito) Umbral o Introductorio (Threshold), materiales que la misma universidad edita y redacta para la enseñanza del chino con métodos didácticos y de fácil comprensión para extranjeros. Este libro contiene lo más básico que son las vocales, las consonantes y los tonos del chino, todo esto junto conforma el deletreo fonético de la lengua china, mejor conocido como pinyin.
Antes de finalizar la primera clase, acordándome de la fecha saludé y felicité a la profesora por su día.


Doodle de Google Hong Kong, celebrando el día del maestro en China el 10 de septiembre

En los días siguientes, las clases avanzaron relativamente rápido. Con la profesora Liu (Liu Laoshi), tenemos clases de Chino elemental de lectura y escritura, y con la profesora Cai (se pronuncia Tsai), tenemos clase de Chino elemental enfocado en la escucha y habla del idioma.
Con ambas, vamos avanzando en las mismas lecciones y con el mismo material. Cada libro incluye además un CD con audios que contienen la pronunciación de cada lección, lo que es muy útil porque ayuda a hablar, pronunciar correctamente las palabras escuchando.


Horario de clases, primer semestre

En una semana aproximadamente terminamos el primer libro y continuamos con un segundo volumen de Road To Success: Lower Elementary (Camino Al Éxito: Elemental Inferior), con el que iniciamos la escritura y reconocimiento de los primeros caracteres, mediante lecciones que incluyen conversaciones básicas y prácticas.
Nuestro salón de clases es el número 514, ubicado en el Edificio de Enseñanza número 1, el edificio principal de la universidad que se encuentra justo en frente de la puerta principal, la Puerta Este de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing.


Clase de lectura y escritura con la profesora Liu

Éste, al igual que otras aulas de la universidad, tiene todo el equipamento necesario para una efectiva enseñanza multimedia. Cada salón contiene computador propio, que el profesor utiliza, y el cuál se encuentra conectado a un sistema ya instalado que, automáticamente activa un video beam ubicado en la parte superior del salón. En cuanto al audio, diferentes parlantes distribuidos sobre el techo, reproducen el sonido del ordenador, lo mismo que la voz del profesor que tiene su propio micrófono, conectado a este mismo sistema. Aire acondicionado, pupitres universitarios espaciosos y relativamente cómodos por su tamaño, también ayudan y favorecen este ambiente propicio para un anhelado conocimiento.

Sobre mis compañeros de grupo, que somos 22 en total, en la clase, hay de todo: un vietnamita, un hindú, cuatro rusos, dos turcos, dos kazajastános,  dos chilenos, una británica, un estadounidense, una indonesia, dos coreanos, un francés, un sueco, un portugués y un colombiano, que ya se imaginarán quién es. Realmente la experiencia es increíble, nunca me imagine en mi vida, que algún día tuviera la oportunidad de vivir en medio de tantos extranjeros, y sobre todo estudiar, tener clase en el mismo salón con tantas personas de diferentes nacionalidades. Como dijo una vez la profesora Liu, tenemos una clase internacional.




Y bueno, con respecto a las profesoras, por fortuna, las dos muy jóvenes hablan muy bien el inglés, y nos explican o traducen lo que no entendemos en inglés, siempre muy pausado, imagino que no debe ser fácil impartir una lección para tantas personas de diferentes nacionalidades. Mi dominio del inglés no es tan bueno como quisiera, pero por fortuna, no he tenido problema en las clases,  debido a que la enseñanza es muy clara y tenemos como guía, además, el libro con las lecciones que vamos estudiando. La profesora Liu es un poco más estricta que la profesora Cai, nos pide estudiar mucho, preparar las lecciones antes de ir a la clase y además de esto, pide a los estudiantes que no están bien preparados que practiquen más, y estoy de acuerdo con ello, a veces puede parecer dura, pero creo que ese es el propósito por el cuál hemos venido a China, y no es justo que algunos estudiantes ni se preocupen por la clase, cuando ese es su verdadero objetivo.



Mi beca es por dos años, y de acuerdo a la reunión orientativa que tuvimos la misma semana que iniciamos clase, y que por fortuna para mí, hubo una en español traducida por la compañera Naty de Chile, nos explicaron que, quienes tienen beca por más de un año, son evaluados al final del primer año, y según su interés, notas y rendimiento académico, la universidad tiene el derecho de aceptar o no la beca para el año siguiente de estudio, es por eso que me he esforzado desde el comienzo por lograr buenas notas y demostrar mis capacidades sobresalientes en este proceso de aprendizaje, que si bien ha sido más fácil para mí, que la adaptación de vida en China.


Reunión orientativa sobre la universidad en español, septiembre 12 de 2013