Comienza el 2012 y en estos primeros días del año, que mejor que recordar los buenos momentos vividos hace 8 años, cuando tuve la valiosa oportunidad de visitar China, y salir de Colombia, por primera vez en mi vida.
Mucho antes del 2004, desde mi época de estudios secundarios empecé a sentir una gran admiración por la cultura y la civilización chinas. Por medio de la televisión, el cine o la prensa, o con documentales televisivos, películas de reconocidas estrellas de cine y fotografías, me informaba y me interesaba más sobre todo lo relacionado con este país asiático.
Por casualidad en la vida, un día de octubre del año 2000, explorando frecuencias en una vieja grabadora de 4 bandas que mi papá acaba de adquirir, me encontré con una emisora que transmitía directamente desde Beijing, la capital de China y me sorprendí. Al principio pensaba que era una radio local, pero las voces de los locutores no tenían acento de ser colombianos, y en efecto me enteré que se trataba de Radio Internacional de China (CRI), la emisora internacional de este país que transmitía programas en español. En pocas semanas, dejó de ser una emisora lejana para convertirse en mi punto de amistad y encuentro con China.
En poco tiempo empecé a seguirlos por internet, y a través del sitio web de CRI y su correo electrónico, cultivé nuevos amigos en el Lejano Oriente que me enseñaban sobre China y compartían conmigo las maravillas de su país.
Con el tiempo el contacto recíproco fue creciendo, hasta el punto tal de considerarme miembro de esa gran familia de amigos internacionales.
A la vez que interactuaba e intercambiaba mensajes con ellos sobre sus programas y los temas que me interesaban de China, empecé a participar en sus concursos que anualmente organizaban, siendo ganador con mucha suerte, de varios premios pequeños, y debido a mi gran interés y cariño por ese país, mi deseo de viajar y conocerlo se acrecentaba todos los días.
El premio mayor de estos concursos era un viaje con todos los gastos pagos a Beijing y otras ciudades de China. Aunque lo veía muy lejano, era como ganar una lotería, puesto que participaban personas de todo el mundo, no perdía la esperanza de ser uno de esos afortunados.
En 2003, gracias a mi constante apoyo y amistad, fui nombrado monitor, corresponsal técnico de CRI en Colombia, una labor que me acercó aún más a este país y a estos lejanos amigos. Participé ese mismo año en el Concurso: Viaje Cultural por el Oeste de China, cuyo propósito era conocer la historia y los lugares de interés de la región Oeste de ese enorme país, rica en cultura, con invaluables tesoros históricos, culturales, naturales y religiosos, que incluía la milenaria ciudad de Xi'an como punto de partida de la legendaria Ruta de la Seda y la provincia de Sichuan con sus innumerables bellezas naturales e históricas, patrimonios de la humanidad.
Carné de monitor de CRI, 2004
En 2004, se dieron a conocer los nombres de los ganadores del concurso Viaje Cultural por el Oeste de China, organizado por CRI durante el 2003. Y la historia de mi primer viaje sigue cronológicamente así:
Enero 18: Después de enviar a finales del 2003 por correo tradicional el sobre con las 10 respuestas a las preguntas del concurso "Viaje Cultural por el Oeste de China" , se dan a conocer los nombres de los ganadores de premios, entre los que figuraban mi papá, dos hermanos menores y yo, pues además de las mías, mi familia había decidido participar.
Entrevista para Radio Nederland, en Bogotá.
Abril 1: Recibo un correo electrónico enviado por el director del departamento de español de CRI, el señor Julio Hu Min, en el que me anunciaba que visitaría China como ganador del concurso, y como premio por mi constante contacto, apoyo y amistad junto a los otros ganadores del premio especial. Para mí fue una noticia tan sorprendente e inesperada que dudé de su veracidad, y volví a escribir solicitando confirmación de esa noticia, aunque en el fondo lo sentía muy real. En efecto, al día siguiente recibí la respuesta confirmando que no era mentira, y que pronto me llamarían para dar mayor información.
Desde ese momento la alegría era inmensa, sentía que venía algo grande en mi vida, que estaba esperando desde hace algunos años, un sueño que se haría realidad.
Abril 4: El domingo en la noche, lunes en la mañana de China, recibo llamada telefónica de Hu Min en la que me confirmaba una vez más la grata noticia: viajaría pronto a China con todos los gastos pagos por la emisora, pero que por lo pronto era urgente que enviara el número de mi pasaporte.
Yo no tenía pasaporte, nunca había salido del país y aprovechando que al día siguiente era lunes de semana santa y no era día laboral, tramité este documento en la oficina gubernamental de mi ciudad, Pereira.
Mayo 6: Recibo por correo certificado DHL la carta de invitación y el itinerario de los vuelos.
Mayo 12: Una semana después, recibo otro sobre DHL con los tiquetes de vuelo, y ahora sí que era una realidad mi viaje a China.
Mayo 14: Llego a Bogotá para tramitar la visa de turismo en la Embajada China, donde presento los documentos requeridos: carta de invitación, tiquetes de vuelo, carta laboral, una foto 3x4 y el pasaporte, y el formulario diligenciado con indicaciones sobre ciudad de llegada, entidad que invita, tiempo de estadía, entre otros interrogantes.
Abordando avión de Air China en Aeropuerto Charles de Gaulle
Mayo 21: Regreso a Bogotá para reclamar la visa, cancelando 67.200 pesos por el trámite, y en la tarde, fui entrevistado en el Hotel Tequendama por los periodistas Jaime Báguena y Alfonso Montealegre, de Radio Nederland, quienes viajaron desde Holanda para entrevistar a oyentes colombianos y se habían enterado de mi viaje.
Mayo 22: A las 5:30 de la tarde, luego de pagar un impuesto de tasa aeroportuaria por 126 mil pesos, y de esperar en la sala 8 del Aeropuerto Internacional El Dorado de Bogotá, parto rumbo a Paris en vuelo AF423 de Air France, silla 43F en el pasillo del avión.
Mayo 23: A las 10:50 de la mañana (3:50 am de Colombia), aterrizamos en el Aeropuerto Charles de Gaulle de Paris, un aeropuerto inmenso. Desde el Terminal 2, tomé un bus para llegar al Terminal 1, Satélite 4, Puerta 44 para tomar el siguiente vuelo de Air China que salió de Paris a las 7:30 de la tarde (12:30 pm de Colombia). Antes de partir, compré en el aeropuerto un pan francés por 4,25 €uros, y un jugo de naranja por 2,95 €uros.
Mayo 24: Después de un largo vuelo de casi 10 horas por el norte de Europa, Rusia y turbulencias en el desierto de Mongolia, aterrizamos en Beijing a las 11 am (10 pm del 23 de mayo en Colombia). Habían transcurrido 28 horas desde mi partida en Bogotá hasta la llegada a China. Ya estaba en territorio chino a mis 20 años de edad, y el momento que tanto había soñado se hizo realidad. Empecé un nuevo camino de descubrimientos que me permitirían conocer esa China real que tanto deseaba ver. Un largo viaje desde mi patria, con algunos momentos de nostalgia, confusión, miedo, pero en ese momento al ver la enorme ciudad de Beijing, me reconfortaba saber todo lo que iba a experimentar y que podría compartir con mi familia y amigos al regresar a Colombia.
Al salir del aeropuerto fui recibido por Rosa Li Ning, simpática y amable locutora de Radio Internacional de China, y un momento después salió su esposo Alberto Qin Xi, también locutor de esta emisora, que sorpresivamente venía en el mismo vuelo desde Paris.
Salimos los tres en búsqueda del conductor de la emisora, un señor chino muy amable quien nos dirigió hacia su vehículo, que había guardado en un parqueadero, frente al aeropuerto. Emprendimos el camino por la autopista y en el viaje me percataba de los detalles, ya quería ver las construcciones típicas chinas, las calles, los edificios y las características notables de la ciudad de Beijing. Poco a poco nos acercábamos a las autopistas y circunvalaciones de la capital y me di cuenta rápidamente de su modernización y su enorme extensión. A diferencia de otras grandes ciudades occidentales, no noté en Beijing muchos rascacielos de gran altura en ese entonces, pero si una vistosa belleza arquitectónica, bonitos tejados y jardines propios del arte cultural y la armonía china.
Las amplias avenidas de cuatro y cinco carriles con doble sentido, contaban con un carril exclusivamente para el transito de las bicicletas.
Luego de casi una hora de recorrido llegamos al Minzu Hotel, mi lugar de descanso durante los días de estadía en Beijing. Allí conocí a la Sra. Yu, la persona encargada de recibirnos a todos los ganadores y quien velaría por nuestro bienestar, además era responsable de pagar los gastos de hotel, restaurantes y entradas a los lugares que visitaríamos.
Era el primero de los 10 ganadores en llegar a China. Mi habitación fue la número 560. Una habitación muy confortable con cama doble, un cuarto de baño lujoso con tina, grifos con salida de agua caliente y agua fría, y al fondo de la habitación una enorme ventana con vista a la avenida y frente al hotel, un edificio con un bonito tejado en su terraza, que Li Ning luego me explicó era el Palacio de las Minorías Étnicas de China. Ese día no salí del hotel y descansé.
Li Ning y yo en el Parque de Cultura Étnica de Beijing
Mayo 25: A las 4 de la mañana había tanta luz en el cielo como si fueran las 7 u 8 de la mañana en Colombia, un fenómeno climático que era extraño para mi y que solo pude entender al vivirlo por primera vez en un país septentrional con cuatro estaciones. Desayuné en el restaurante y me encontré con un gran número de extranjeros en el comedor, especialmente norteamericanos y europeos.
A las 9 de la mañana salí al encuentro de Li Ning y la Sra. Yu, y me encontré además con una muchacha de apellido Shuo, del departamento de inglés, quien acompañaba al Sr. Terry Robinson, segundo ganador que acababa de llegar de Australia. Nuestro primer destino en la capital china fue el Parque de la Cultura Étnica de China, también conocido como Museo de las Nacionalidades de China, un lugar encantador ubicado en el norte de Beijing, en el que se podía apreciar la herencia histórica y cultural, y el arte de las minorías étnicas de China, además de contemplar muestras de las arquitecturas étnicas, exhibiciones de objetos, música folclórica, danzas, edificaciones, trajes típicos, comidas, artes manuales, agricultura y festivales, entre otros aspectos. En ese sentido, tuvimos la oportunidad de presenciar una danza y música típica de la etnia dai, y algunas manifestaciones del arte tibetano.
Paisaje lluvioso del Parque Beihai de Beijing
La lluvia apareció de sorpresa y tuvimos que salir corriendo, perdiéndonos los demás espectáculos que se ofrecerían al aire libre.
Almorzamos en el hotel, y salimos luego a un café internet cercano para escribir a mis familiares. Para regresar al hotel viajamos en bus y por primera vez me subía a un medio de transporte público de China. El bus articulado, similar a los de Transmilenio en Bogotá, tenía un costo de tiquete de 1 yuan, y llamó mi atención los visualizadores electrónicos que anunciaban las diferentes paradas, en chino e inglés, y una pantalla de televisión LCD al interior del bus para el entretenimiento de los pasajeros.
Más tarde, desde el hotel, salimos de nuevo, esta vez con dirección al Parque Beihai, otro destino ideal de la capital china. Muy espacioso y con zonas verdes limpias y organizadas. En contraste con la belleza del parque se aprecia el gran lago Beihai, que da nombre a esta reserva natural, y que es recorrido por los visitantes a bordo de encantadores botes con tejados de estilo chino, similares a los que se ven en las películas en la Bahía de Hong Kong. Estando allí, en medio de la naturaleza, ni siquiera puedo imaginarme que me encuentro aún dentro de la ciudad de Beijing, pues este lugar parece un refugio de paz, alejado del bullicio de la metrópoli. Y en medio del parque, la Gran Pagoda Blanca, que puede observarse desde cualquier punto del parque, es la edificación insignia de este lugar.
En Lago Beihai
Terminamos el recorrido, en medio de la lluvia veraniega de ese día y nos fuimos a otro punto cercano, la Mansión del Príncipe Gong.
Finalmente, el programa del día terminó con la cena, la primera comida en un restaurante de Beijing, donde fui participe de un verdadero banquete, con palillos, porcelana fina y decorada, mesas circulares con vitral giratorio. Estábamos en una habitación privada del restaurante, reservado exclusivamente para nosotros los extranjeros, traductores y las personas responsables de la logística del grupo de CRI. Mientras el personal chino conversaba amenamente en su lengua, los extranjeros intercambiábamos algunas palabras en torno a la cena en inglés. El ambiente era amistoso y familiar. La comida fue llegando, primero los platos calientes, después los fríos. Li Ning me decía los nombres de cada platillo, aunque realmente no recuerdo mucho la comida de esa noche, pero lo que no puedo olvidar es el infaltable té y los vegetales abundantes, al igual que la Coco Cola, que generalmente acompaña las comidas en los restaurantes chinos.
En Mansión de Príncipe Gong
Mayo 26: Visitamos la enorme Plaza de Tian'anmen, un lugar que me emocionó, era uno de los más increíbles escenarios que había visitado en China. Sabía la importancia de ese lugar y su fama mundial, no solo por ser la plaza más grande del mundo, sino por su larga historia y los acontecimientos ocurridos allí, el escenario que vio nacer, con la proclamación de Mao Zedong, la República Popular China en 1949. Parado en la plaza, frente al pórtico de Tian'anmen, la gran entrada hacia el Palacio Imperial o Ciudad Prohibida, a la derecha de la plaza el Gran Palacio del Pueblo, la sede de la Asamblea Popular Nacional de China. En el centro de la inmensa plazoleta un obelisco, el importante monumento de la Liberación. Este lugar, abarrotado de gente, tanto extranjeros como beijineses y chinos de otras partes del país, algunos en familia reunidos para elevar cometas o simplemente caminar.
Plaza Tian'anmen y al fondo el Palacio del Pueblo de Beijing
La Plaza y el Pórtico o Puerta de Tian'anmen se encuentran separados por la amplisíma avenida Chang'an del Oeste. Afortunadamente en Beijing existen numerosos pasos peatonales subterráneos que son amplios pasadizos para el paso de personas que comunican una calle con otra, debajo de las avenidas. Al acercarme poco a poco al Pórtico sentía una gran emoción, estaba ante uno de los lugares históricos más famosos del mundo. Ya podía ver el pabellón sobre la puerta, con su tejado rojo y sus detalles en madera, el escudo de la República Popular China, y por supuesto el enorme retrato del difunto presidente chino Mao y los caracteres blancos sobre fondo rojo. A la izquierda nueve caracteres que dicen: 中华人民共和国万岁 (Zhonghua Renmin Gong He Guo Wansui): Viva la República Popular China, y a la derecha: 世界人民大团结万岁 (Shijie Renmin Datuanjie Wansui): Viva la unidad de los pueblos del mundo.
Plaza Tian'anmen y al fondo, la Puerta de Tian'anmen
Paso subterráneo debajo de la Avenida Chang'an
Compramos la entrada a la Puerta de Tian'anmen, 15 yuanes por persona. Para mí era una ilusión estar allí, pero tenía las fotos para inmortalizar esos momentos únicos. Menos me imaginé que subiríamos al balcón del pabellón, y me sorprendió la excelente conservación del lugar, todo igual que hace más de 60 años, la mesa de reuniones y la silla en la que se sentaba Mao, y claro, venta de souvenirs con la imagen de Tian'anmen. Desde allí contemplé toda la plaza, una escena inolvidable que aún conservo en mi memoria.
Entrada Puerta de Tian'anmen.
Vista de la Plaza de Tian'anmen desde el Balcón de la Puerta
Bajamos y continuamos el camino hacia el Museo del Palacio o Ciudad Prohibida, un lugar emblemático y de visita obligada en Beijing. Su costo de entrada, más caro, 60 yuanes. La antigua Ciudad Prohibida aún conserva sus pabellones, construcciones y complejas divisiones intactas. Con 720 mil metros cuadrados y sus 999 habitaciones, más de 560 años desde su construcción, tiempo durante el cual han reinado 24 emperadores de las dinastías Ming y Qing. Constituye un tesoro cultural e histórico de China, en el que destacan las numerosas plazas, salones y pabellones, atractivos por su arquitectura particular que se conservan en el tiempo.
Después de caminar por sus escalones de piedra, atravesar sus plazas y recorrer sus caminos, no puedo olvidar ese momento memorable al frente del Gran Palacio de la Suprema Armonía, el pabellón más grande, al que no fue posible su ingreso por razones de seguridad y de protección, pero que pude ver en su interior tan lujoso y muy bien decorado con pinturas y detalles artísticos invaluables en sus columnas y paredes y claro, la silla de oro, el trono de los emperadores resguardado por dos grullas blancas de cerámica en sus dos lados.
Palacio de la Suprema Armonía al interior de la Ciudad Prohibida
Aunque la foto no es muy clara, al interior del Palacio de la Suprema Armonía esta el trono de oro de los emperadores
De allí, entramos al Museo del Reloj, ubicado dentro del Palacio Imperial en un pabellón adecuado para las exhibiciones, a 10 yuanes la entrada, y contemplé con Li Ning numerosos relojes de diversos estilos y de fabricación tanto china como extranjera, especialmente de países como Japón, Alemania, Francia, Inglaterra y Suiza, y relojes que pertenecieron en su momento a importantes emperadores como Kang Xi, Qianlong o Yongzheng.
Por último, llegamos al Muro de los Nueve Dragones, otro punto de enorme valor artístico y de interés en la Ciudad Prohibida, y luego de caminar un largo callejón, salimos por la Puerta Norte, llamada también Puerta de la Proeza Militar, desde donde podía verse al frente el Parque Jingshan y la famosa Colina Perfumada de Beijing con su pagoda en la cumbre, que lamentablemente no visitamos.
Interior del Palacio Imperial
En el Muro de los Nueve Dragones
Puerta Norte de la Ciudad Prohibida
Al frente el Parque Jingshan
Salimos del Museo del Palacio y tuvimos un exquisito almuerzo en el Restaurante Chensilong (no estoy seguro si se escribe así), donde la especialidad era el pato laqueado y era la primera vez en probarlo, exquisito, delicioso. Entre los comensales estábamos los 10 ganadores, los 10 acompañantes traductores, la Sra. Yu y el conductor del bus.
En la tarde, visitamos en el norte de Beijing tres lugares de interés en la misma calle: el Templo lamaísta Yonghe, el Templo de Confucio y Guozijian o antiguo colegio imperial. Este último era el más alto órgano administrativo educativo, y la academia más importante en las dinastías Yuan, Ming y Qing, construido en 1287.
En la tarde, cenamos en un restaurante al interior del edificio de Radio Internacional de China, en Shijingshan, oeste de Beijing, y probamos los dulces y ricos rollos de primavera.
Calle Guozijian de Beijing
Templo Lamaísta Yonghe.
Templo Confucio.
Mayo 27: Este es un día histórico para mí. Visité por fin la emblemática y milenaria Gran Muralla China. El lugar escogido fue el tramo de Badaling, uno de los más conservados, ubicado en las afueras de Beijing y a unas 2 horas del centro de la ciudad. Durante el camino observé, desde el ómnibus de la radio, muy atentamente la ciudad y posteriormente, las montañas en las afueras, la gente, los vehículos, las carreteras; me gustaba sentarme al lado de la ventana para no perder detalle de cada cuadro paisajístico de Beijing, todo para mí era diferente, novedoso e interesante. Pensaba mucho en Colombia y trataba de encontrar similitudes o diferencias en todo lo que veía.
Al llegar a Badaling, a primera vista parecía una villa de alta montaña, con muchas tiendas y locales comerciales. Para subir a la Muralla debíamos pasar por un puesto de control con el tiquete en la mano, que la Sra. Yu había comprado previamente para nosotros, 45 yuanes por persona, que incluía, además del boleto de entrada, un juego de cuatro estampillas conmemorativas de la muralla y una postal. Hacía frío en el lugar, debido a la altitud, y como ya estaba acostumbrado al calor del verano, deje mi chaqueta en el hotel, por eso me vi obligado a comprar un suéter, costó solo 30 yuanes y traía estampada la figura de la Muralla y letras en inglés que decían: Yo escalé la Gran Muralla.
Este monumento es quizás el más importante y famoso de China y una de las grandes maravillas modernas del mundo. La emoción me embargaba al saber que estaba allí, pisando ese lugar, no podía creerlo, la famosa Muralla China, con más de 2000 años de construida y visitada por los grandes lideres del mundo, tan bien conservada, con sus torres vigías, su hermoso paisaje natural que la rodea.
Caminamos unos 100 o 200 metros. Acompañado de Li Ning y otros compañeros de viaje extranjeros, divisé el paisaje y contemplé la belleza del lugar. La alegría y emoción, no era solo mía, lo mismo sentían mis amigos y compañeros de viaje.
En aquél entonces, cuando nos despedíamos de la muralla, sentí un inmensa nostalgia, pensaba que quizás sería la única oportunidad en la vida de conocer ese lugar y que, a lo mejor, nunca volvería a verle jamás.
Entrada Tramo de Badaling, Gran Muralla.
Regresamos a Beijing para el almuerzo, y en la tarde, fuimos a Wanfujing, la calle comercial más famosa de la capital china, donde compré algunos recuerdos como CDs de música y algunos dulces para mi familia y amiga, aunque quedé antojado de tantas productos y artículos, especialmente electrónicos y tecnológicos que vi, y que no pude comprar, por falta de dinero suficiente. En Wanfujing fue mi primera oportunidad de entrar directamente a los centros comerciales chinos y contrastar diferencias con los de mi país. Fue una bonita experiencia ver a los chinos en plan de compras, los niños buscando juguetes y videojuegos, regatear con los vendedores, que siempre estaban interesados por conocer mi nacionalidad.
Calle Wanfujing.
Pasó una hora y el tiempo en Wangfujing terminaba con la tarde, más no nuestras visitas del día, el programa continuaba y nos dirigimos a un Teatro de Acrobacias Chinas, donde aprecié de cerca las magnificas presentaciones artísticas de los acróbatas con movimientos marciales, equilibrios, bailes y luchas mágicas en un amplio escenario, vestuarios coloridos, máscaras y música de fondo tradicional china, juego de luces y un gran número de artistas en escena.
Así terminaba un día lleno de sorpresas y momentos gratos que han sido guardados para siempre en un archivo especial de mi memoria.
En la noche, en el hotel, me dediqué a disfrutar de la televisión china. Vi concursos en un canal de CCTV, películas en un canal de Hong Kong con subtítulos en inglés, e incluso me sorprendió ver una telenovela colombiana en el canal 8 de CCTV doblada en chino.
Mayo 28: El destino del día fue el Palacio de Verano, otro punto de interés en Beijing. Este bello escenario natural conserva la misma arquitectura y construcciones de hace más de 300 años. Fue construido por emperadores de la dinastía Qing para veranear, ya que no soportaban el calor de los muros de la Ciudad Prohibida, durante esta estación del año. En chino se le conoce como Yiheyuan o Jardín del Cultivo de la Armonía, nombre que se redujo simplemente al de Palacio de Verano.
Desde su entrada puede verse las largas filas de gente, turistas que acuden al lugar, siendo uno de los más concurridos de Beijing, un escenario adentrado en un ambiente natural rodeado de árboles y la belleza del Lago Kunming. Entre sus escenarios destacan el Puente de 17 Arcos sobre el lago, que puede verse desde los pabellones superiores y las orillas del palacio, y la galería de 700 metros de longitud con innumerables pinturas y bonitos retratos de la historia y leyendas imperiales. Este pasillo artístico llega hasta el Pabellón del Buda Perfumado, el más importante y elevado al que se puede llegar subiendo incontables escalones. Desde la altura de este pabellón vi el buey de bronce cercano al puente de los 17 arcos.
Entrada y Galería de 700 metros en Palacio de Verano.
En medio de ese paisaje natural fui entrevistado por la Señorita Li, locutora del departamento de vietnamita de Radio Internacional de China, y hasta me atreví a cantar, a petición suya, el fragmento de una canción colombiana: a mi denme un aguardiente, un aguardiente de caña...
Al descolgar la montaña, llegamos a un pintoresco paisaje, que parecía extraído de una aldea antigua o étnica de China, era justamente la Calle Suzhou, una réplica de esta ciudad de jardines clásicos y canales acuáticos.
Calle Suzhou, en Palacio de Verano.
Salimos del Palacio y regresamos a la ciudad en el ómnibus. Nuestra siguiente parada era el edificio de Radio Internacional de China, el gran centro emisor de CRI, ubicado a un lado de la avenida Shijingshan en el oeste de Beijing. Por fin, después de varios días en China estaba cerca de los locutores y las personas que trabajaban en la emisora, el gran medio que me permitió acercarme e hizo realidad mi sueño de estar en China. Con la compañía de Li Ning entramos al edificio, y subimos al octavo piso, en el que se encontraban las oficinas y estudio de grabación del departamento de español. Increíblemente, después de 4 años de amistad y contacto con CRI, ahora estaba allí en ese lugar, desde donde escuché las primeras voces en español que me hablaban sobre China.
Entrando a la oficina, finalmente conocí a Hu Min, el director del departamento de español, a quien les expresé mi emoción y gratitud por encontrarme en Beijing. Recibí de su parte, como regalo un receptor digital Tecsun BCL 2000, que posteriormente traje a Colombia, pero no llegué con las manos vacías, también les entregué algunos recuerdos de artesanías típicas colombianas.
También conocí en ese momento a otras personas conocidas como el español Oriol, la cubana Telma Rodríguez y el Señor Tang Wanxin, a quienes saludé y con quienes compartí mi emocionante aventura por China.
Fuimos a almorzar a un restaurante cercano y me senté en la mesa de los jefes, es decir con Hu Min a mi derecha, y a la izquierda la subdirectora Silvia Li Cheng, Telma Rodríguez, Oriol y Tang Wanxin. El almuerzo, como siempre, fue delicioso y exquisito con tallarines, pato laqueado, pescado, muchos vegetales y como novedad, brindé por primera vez con Hu Min con cerveza china.
Regresamos al edificio de la emisora y allí, Telma y Li Ning, me condujeron hasta el estudio para grabar la entrevista, donde por primera vez tuve la oportunidad de hablar frente a los micrófonos de CRI. Conté mi experiencia hasta ese momento y lo que faltaba por vivir en China, hasta donde sabía, visitaríamos la ciudad milenaria de Xi'an. Y luego de 15 minutos de charla que sería escuchada por cientos o miles de personas en diferentes países hispanohablantes, otra amiga del departamento, Esperanza Liu Na, me llevó por tour por el edificio de la emisora y visitamos el museo de la radio, donde se conservan los obsequios y recuerdos enviados por oyentes de todo el mundo. La tarde fue pasando y conversé con otros amigos chinos de CRI, entre ellos Wulfila, Sofía Yin y Luna Li.
Entrevista en estudio de CRI con Telma y Li Ning.
Salimos de la emisora y nos aguardaba la cena en otro restaurante de Beijing, esta vez con los directivos de CRI. Allí conocí a Chen Minyi, subdirector general, y Li Dan, presidente de Radio Internacional de China, quien nos dio la bienvenida al país en nombre de la emisora, y luego nos pidió presentarnos uno a uno en nuestra lengua. Comimos otra vez pato laqueado, delicioso, no me cansaba, y recibimos algunos regalos de parte de la emisora. Una vez más haciendo gala de su hospitalidad y buenos anfitriones, nos sentimos muy bien durante ese banquete especial.
Encuentro con Chen Minyi y Li Dan durante cena
Mayo 29: El programa del día comenzaba en Beijing, visitamos el Templo del Cielo, y en la noche viajaríamos a Xi'an. El Templo del Cielo fue otro sitio hermoso e inolvidable de mi viaje. Según las inscripciones encontradas en las estelas informativas, el templo se alza a 33 metros de altura sobre una base circular de mármol blanco y su acceso a él, se logra a través de una escalinata. El realidad el Templo del Cielo es un conjunto de pabellones, entre los cuáles el principal es el que se eleva con teclado inclinado y circular, de color azul que simboliza el cielo. Entre los amplios patios y jardines, muchos beijineses frecuentan el lugar para practicar deportes, taichí, artes marciales u otras actividades al aire libre como bádminton, pues el acceso a estas zonas es libre y solo se cobra la entrada a la parte donde están los pabellones. Una escena que no olvido fue el encuentro de el amigo indio con algunos paisanos suyos que pasaron por allí. No se si eran conocidos o no, pero el encuentro parecía muy familiar, a lo mejor era la alegría de encontrarse fuera del país con otra persona que hablaba su idioma. Me hubiese encantado poder compartir, aunque fuera unos minutos con más colombianos, pero de latinos, solo escuché en los recorridos algunos mexicanos, argentinos y españoles.
Una sorpresa más me lleve cuando estábamos saliendo del templo, encontramos una orquesta callejera de instrumentos tradicionales chinos, que interpretaban también fragmentos de la opera de Beijing. Fue maravilloso escuchar la música china en vivo y en directo.
En el Templo del Cielo
Terminamos esa valiosa visita y hacia el mediodía, la siguiente cita fue en el restaurante Meizhoudong, donde compartimos una vez más, un exquisito almuerzo y acogedores momentos con los nuevos amigos extranjeros y chinos. Entre los ricos platillos que pude saborear estaba el queso de soja o toufu, delicioso, la carne de cordero con sabor dulce, el pescado frito, dados de carne de gongbao, mariscos, y gran variedad de vegetales, frutas y setas comestibles. Además de la comida, las bebidas que siempre me acompañaron, el exquisito té de crisantemo y Coca Cola o Sprite.
Luego de la comida, hicimos una visita poco común pero entendible. Entramos a una fabrica de acero y de hierro de Beijing. La idea era ser testigos del progreso tecnológico, económico e industrial de China, conocer este país en todos sus aspectos, y no solo la parte cultural e histórica.
Una guía de la fabrica nos explicó los diferentes procesos de fundición y producción del acero, aunque el aire allí era pesado debido a la elevada temperatura de 300 grados de los hornos y el fuerte ruido que producían. Li Ning, habilidosamente tradujo para mí con acierto, las explicaciones técnicas que le iban indicando.
Visita Fabrica de Acero de Beijing
Esta visita me permitió conocer una parte de esa China prospera y trabajadora, y la protección ambiental que es uno de los pilares y de los retos actuales del gobierno chino. En las afueras de la fábrica, bonitos jardínes y arroyuelos adornan la zona industrial en un ambiente natural ideal, gracias a la conservación y el tratamiento efectivo de las aguas residuales de la fabrica.
VIAJE A XI'AN.
Salimos de la fabrica al hotel y del hotel retomamos camino hacia la Estación Oeste de Beijing.
Por primera vez en mi vida estaba en una estación de tren, pero no era cualquier estación, esta parecía un enorme terminal, muy espaciosa, con locales comerciales, buena seguridad y pantalla gigantes que anunciaban las partidas y llegadas de trenes desde todos los rincones de China. Allí reunidos habíamos cientos de personas de diferentes lugares de este país como extranjeros.
En tren en China es un medio muy popular, y entre los servicios, el que tomaríamos era uno de los más costosos, servicio de lujo de camarotes para dormir durante la noche. El tiquete costó 400 yuanes por persona, y a las 8:40 pm iniciamos viaje con destino a la ciudad milenaria de Xi'an, en la provincia de Shaanxi. En el tiquete estaban impresos los números de vagón y de cama correspondiente. En mi caso me tocó el vagón 14 y la cama 12 arriba. En cada vagón, entre 4 y 5 habitaciones con 4 camarotes, cada uno y un baño lavabo. Además de las camas, cada una incluía una pantalla LCD para entretenimiento durante el viaje con 15 canales, audífonos y un par de pantuflas para cada viajero.
Era mi primera vez en un tren, y que maravilla, en China. Luego de abordar, el tren empezó a moverse creo que alrededor de las 9 pm con dirección al occidente. Como me tocó arriba y no habían sillas, debí acomodarme en la cama, y fue poco lo que pude observar, ya que necesitaba bajar la cabeza para ver algo por la ventana. Sin imaginármelo, nuestro tren atravesaba un gran número de poblaciones por tres provincias chinas, al salir de Beijing entramos a la provincia de Hebei y su capital, la hermosa ciudad verde de Shijiazhuang, para continuar nuestro rumbo en la provincia de Shanxi, pasamos cerca a su capital Taiyuan y seguir hacia el suroeste y adentrarnos finalmente en Shaanxi en dirección a su capital, la milenaria e histórica ciudad de Xi'an.
Mayo 30: Llegamos a la estación de tren de Xi'an a las 7:40 de la mañana. Xi'an, además de ser la capital de la provincia de Shaanxi, es una de las ciudades más grandes de China, y debido a su posición geográfica en el corazón de China y a su historia, sus lugares culturales y su desarrollo económico, la ciudad es considerada "la conexión principal" al noroeste de China.
Nos hospedamos en el Grand New World Hotel ubicado cerca de la puerta oeste de la ciudad. Nos llevaron en un bus grande desde la estación al hotel en menos de media hora. Mi habitación fue la 828. Y apenas desayunando y con tiempo suficiente para asearnos salimos del hotel a las 9:30 am e iniciamos el recorrido por esta ciudad. El primer destino fue la Zona de Alta Tecnología y Desarrollo de Xi'an (HTDZ, por sus siglas en inglés), ubicada en el suroeste de Xi'an y que ocupa un área de 79 kilómetros cuadrados, más otros 55 km2 que fueron preparados para la creación de otra zona de desarrollo. Bonitos y altos rascacielos, excelentes vías de acceso y un importante valor humano representado en numerosas compañías chinas y extranjeras que se agrupan allí, forman parte de esta zona tecnológica.
También fui testigo del desarrollo de la industria electrónica china. Visitamos la Compañía de Información Tecnológica Kong Hong de Xi'an y fuimos testigos de la producción del transformador cerámico piezoeléctrico de Xi'an.
Almorzamos allí, y Li Ning y yo estuvimos acompañados en la mesa por el subdirector Chen, que lideraba al grupo de CRI durante la visita en Xi'an.
Zona de Alta Tecnología y Desarrollo de Xi'an
Por la tarde, nuestra siguiente visita era otro de los lugares esperados en China, el Museo de Guerreros y Caballos de Terracota Qin, ubicado a 35 km al este de Xi'an en el distrito de Lintong, a poco más de una hora de camino por carretera. Nos recibió el director del Museo y nos dio la bienvenida a la delegación de extranjeros, visitábamos nada menos que uno de los tesoros culturales y arqueológicos de China. Luego de sus palabras, entramos al pabellón principal donde reposan los miles de guerreros y sus caballos, que fueron descubiertos en 1974, a poco más de un kilometro de donde hoy se conservan, por unos campesinos cuando intentaban cavar un pozo de agua.
Tuvimos el privilegio de entrar al palco especial, donde solo grandes personalidades han pasado, desde donde se podía apreciar de cerca las figuras de los guerreros. Los más d 4000 soldados que constituyen la infantería, parecen aguardar ordenes para entrar en combate. Las figuras, de tamaño natural, fueron moldeados en terracota, en su mayoría, y otras en bronce.
Aunque llama la atención el buen estado de muchos de ellos, después de 2000 años, infortunadamente se han gastado algunas partes como los accesorios de madera y han desaparecido los colores originales. Todos ellos hacían parte de la tumba imperial del fundador de la dinastía Qin y primer emperador de está, Qin Shihuang. Tomamos algunas fotos en grupo y colectivas en el palco, y recorrimos todo el pabellón para ver los guerreros en conjunto.
Museo de Guerreros de Terracota
En las afueras del gran pabellón se exponen numerosas vallas fotográficas con las fotos de los personajes que a lo largo de la historia del museo lo han visitado, entre ellos pude identificar a Bill Clinton, Ernesto Zedillo, Fidel Castro, Kofi Annan, Richard Nixon, el Rey Juan Carlos de España, la Reina Isabel de Inglaterra y otros, y allí estaba yo, donde muchos grandes de la historia habían pisado.
El tiempo en el museo terminó y solo quedaría y las imágenes inmortalizadas en las fotos, pues salimos de nuevo hacia Xi'an, a eso de las 3:30 pm, y teníamos cita a las 5:30 con el Subgobernador de la Provincia de Shaanxi, en el Centro Internacional de Conferencias de Xi'an, con medios de comunicación y otras altas personalidades del gobierno provincial.
Encuentro con Subgobernador de Provincia de Shaanxi
Luego de una ceremonia privada en la que el vice gobernador de Shaanxi y otros dirigentes provinciales ofrecieron palabras de bienvenida para nosotros, los invitados, hicimos un brindis con el dirigente y luego recibimos regalos de parte de esta provincia que incluían cds de música y un objeto de bronce característico de esta región, y un libro con información sobre la cultura, economía y lugares de interés.
Finalmente cenamos, y al terminar la velada regresamos al hotel para descansar del apretado programa del día.
Aproveché un rato en la noche para ver la televisión china, una vez más desde Xi'an.
Templo y Pagoda de Famen
Mayo 31: Segundo día en Xi'an y octavo en China, salimos a las 8:30 am en un largo viaje 80 kms al oeste de la ciudad, en un día muy caluroso y más de una hora de camino en bus, en dirección a la Zona de Demostración de Industrias de Alta Tecnología Agricultural, la única zona de su tipo en China. Yanling es un hermoso lugar con amplias extensiones y verdes parques, bonitas zonas residenciales, aire fresco y excelente infraestructura en vías, además de ser la zona demostración agricultural turística nacional de China, lugar donde se desarrollan e investigan importantes avances científicos y tecnológicos. El primer punto de visita fue una especie de granja, donde se adelantan importantes investigaciones sobre la clonación de animales, como se logró en Escocia con la oveja Dolly. Ya China había clonado también su primera oveja en este lugar, lo que realmente me impresionó, pues no estaba enterado de estos avances chinos y más aún fue interesante ver de cerca ese ovino clonado.
De allí, pasamos a una plantación de cultivos hidropónicos, también de gran desarrollo en esta zona, en los que se ha conseguido cultivar diferentes vegetales y hortalizas con algunas modificaciones naturales como por ejemplo: pimentones de colores violeta y naranja. Por último, terminamos el recorrido en la Zona Agricultural, en el Museo Entomológico, con la exposición de miles de especies de insectos muy bien conservados y variedades que no conocía, algunas incluso de Suramérica, que Li Ning me mostraba con curiosidad.
En este museo también pude comprar algunos pequeños y coloridos juegos de mariposas, que repartí entre mis familiares a mi regreso.
El almuerzo de ese día fue en un restaurante bufete en el distrito de Yanling.
Más tarde, fuimos al noroeste, al condado de Baoji, en límites con la provincia de Gansu, el pueblo natal de Yan, el legendario ancestro de la nacionalidad china, así como cuna de las dinastías Zhou y Qin. Visitamos el Templo de Famen, con más de mil años de historia y uno de los cuatro lugares sagrados de China. Su principal edificación es la Pagoda de Famen, que fue reconstruida. nunca pensé que podría estar tan cerca de una pagoda, aunque después de estar en China es posible conocer cualquier maravilla. Luego de visitar los salones del museo y de contemplar sus reliquias, entre ellos cofres, utensilios, telas de oro, teteras de oro y plata y numerosos objetos sagrados del budismo, fuimos enseguida a observar de cerca la pagoda.
Al interior de este templo budista se percibía un ambiente de paz, con los sonidos de mantras y el olor perfumado de los inciensos que los fieles budistas quemaban. Enormes candelabros e incenciarios, rodean la pagoda de Famen. Solo un metro de distancia es lo más cerca que se puede estar de esta emblemática construcción, una valla la protege y e imposibilita su paso.
Continuamos el paso y nos dirigimos al este, a Xianyang y su condado de Qianxian, para visitar las Tumbas Qianlong de Gaozong y Wu Zetian, donde encontramos una cámara subterránea y los mausoleos de estos dos emperadores y una concubina. En la zona superior de la tumba, hay un grupo de esculturas alineadas con figuras de animales que protegen el lugar, y en el centro, un amplio pasaje empedrado.
Regresamos a Xi'an y en el camino pude observar otra imagen de China, la cara rural de este país, las viviendas y los campesinos en sus actividades rutinarias, niños y ancianos con caras sonrientes y una vida aparentemente feliz. Eran quizás las personas más humildes de esta provincia , aunque me hubiese encantado visitar una casa y una familia china, para conocer de cerca sus costumbres y forma de vida.
Tumbas Imperiales Qianlong
En la noche, de regreso en Xi'an, cenamos en el famoso restaurante de esta ciudad Dafachang, donde, entre otros platillos, degustamos los ravioles y la olla mongola, el caldo de cordero típico de esta provincia, cuya preparación y servida son todo un ritual. Primero, partimos las tortillos de harina en trozos pequeños, luego colocan la olla sobre la mesa ardiendo sobre un pequeño fogón, y al hervir, se sirve caliente a los comensales, y al caldo agregamos los trozos de harina.
Junio 1: Madrugamos más que los días anteriores. A las 7:30 estábamos ya listos para salir. El primer punto de la agenda del día era el Museo Provincial de Shaanxi, ubicado al este de la ciudad, sobre la avenida Xiaozhai. Al entrar fuimos recibidos por una guía del museo quien nos contó la historia del museo y los objetos que incluyen en su exhibición. El Museo de Historia de Shaanxi, abierto al público en 1991 es el primer museo moderno de China, pues además de los objetos exhibidos se pueden ver las exposiciones en pantallas interactivas, al igual que en el Museo de los Terracota. Cerca de 37000 piezas de reliquias históricas coleccionadas en este lugar.
Disfrutando la olla mongola
La sorpresa más grande me la lleve al salir del museo, en la plazoleta principal del Museo Provincial un grupo de niños de jardines y escuelas primarias de la ciudad nos salieron al paso, mientras entonaban para nosotros canciones infantiles en chino e inglés, vaya sorpresa tan maravillosa, y no era para menos, era primero de junio, día de la infancia en China.
Dejamos el museo y ese grato e inolvidable momento, y era hora de visitar la muralla que rodea a Xi'an. El sitio escogido, fue la Puerta Sur. Primero disfrutamos del paisaje urbano desde el parquecito, un poco de aire fresco, en medio de la bulliciosa ciudad, fotografías colectivas para el recuerdo y luego subimos y caminamos sobre la muralla.
Muralla y Puerta Sur de Xi'an
Como el programa del día era apretado, seguimos la ruta y nos encaminamos hacia la pagoda Dayan o Ganso Gigante, uno de los más importantes sitios culturales ubicados dentro de la ciudad de Xi'an, en el sureste, fuera de la zona urbana. Construida en el año 652 tiene una forma piramidal cuadrada con 60 metros de altura y 7 pisos. Esta pagoda es símbolo de la ciudad de Xi'an, ubicada dentro del Templo de la Gran Gracia Materna que fue construido por el Emperador Tang Gaozong en honor a su madre, la emperatriz Wende. Como es una de las pocas en China, en la que se permite el ingreso de visitantes, no podíamos perdernos esta oportunidad de ingresar y divisar desde su último piso, el séptimo, una vista única de la ciudad. Cada escalinata de madera, producían fuerte ruido al pisarla, no estoy seguro de antigüedad, si sea la madera original o no.
Subir hasta el último piso exige un buen estado físico, no es cómodo. Llegue exhausto al séptimo piso, luego de subir cientos de escalones, pero el esfuerzo valió la pena. La vista fue fantástica desde los cuatro lados, cuatro ventanas, podría observarse todo el panorama de esa área de Xi'an.
Interior y vista de la Pagoda Dayan
En la noche regresamos a Beijing en tren desde Xi'an.
Junio 2: Último día en Beijing. Día de compras en la calle Liulichang. Parque Oceánico de Beijing. Ceremonia de premiación en el Palacio del Pueblo.
Junio 3: Regreso a Colombia siguiendo la misma ruta aérea Beijing - París, París-Bogotá, arribando a Bogotá el 4 de junio a las 2 pm.
La hospitalidad que me ofrecieron los amigos de Radio Internacional de China me hizo pensar que sus oyentes somos más que lejanos auditores, personas valiosas y amigos reales de China.
Estando en Beijing no podía perder esa gran oportunidad, y visité además las oficinas de la Revista China Hoy, donde fui recibido por Belén Yao Bei., quien fue mi anfitriona y me enseñó las instalaciones del edificio donde, mes a mes, nace esta importante revista de la cual he aprendido muchísimo.
En una de sus ediciones de 2005, se publicó un artículo sobre mi viaje en 2004 y aquí les dejo el link para que lo lean directamente desde el sitio de la revista China Hoy.
Encuentro con Belén Yao Bei en Revista China Hoy
Zoológico de Beijing, jaula de los pandas
Mohsen (Iran), Sero (Benin) y Jhon (Colombia) en Zoo de Beijing
Calle Liulichang
Metro de Beijing
Beijing (2004)
Ceremonia de Premiación Concurso: Viaje Cultural por el Oeste de China
Palacio del Pueblo, Beijing
En Ceremonia de Premiación
En el Salón de Hong Kong, del Palacio del Pueblo
Al fondo un bordado de la ciudad de Hong Kong